Los fundamentos poéticos de su obra participan de los principios generales que confirman la Generación del 27 y que son apreciables en la voz de los poetas que la integran: sencillez formal, lirismo interior y un lenguaje cercano a la expresión popular. Ernestina de Champourcin y Josefina de la Torre son las dos únicas mujeres que Gerardo Diego incluyó en su Antología Poesía Española (Contemporáneos), de 1934.
Adscrita por la crítica a la órbita estética de Pedro Salinas, quien prologa su primer poemario, Versos y estampas (1927), su creación poética recibió desde los inicios la atenta mirada de su hermano Claudio de la Torre, Premio Nacional de Literatura en 1924. Fue justamente Pedro Salinas quien acuño la definición de «Muchacha-Isla» para referirse a las resonancias claramente insulares de la poética de Josefina de la Torre y que resultaría, a la postre, el rasgo diferenciador de su poesía en el conjunto de la Generación del 27.
A Versos y estampas le siguen Poemas de la isla (1930), poemario emblemático de toda su obra. En 1968 se publica su tercer poemario, Marzo incompleto, y, tras un prolongado y voluntario silencio poético, se publica Medida del tiempo, recogido en la Antología sobre su obra que publica Lázaro Santana en la colección Biblioteca Básica Canaria en 1989.
Durante los años ochenta, Josefina de la Torre escribe el poemario Él, su último poemario, manuscrito e inédito.